
Importancia de la Terapia del Lenguaje en San Anibal
junio 24, 2022Si bien el ser humano es la criatura más perfecta que ha creado Dios, no está en estado de perfección absoluta. Dios le dio a los hombres una tarea: desarrollarse libremente en búsqueda de un fin que, si bien le excede en fuerza, porque es el mismo Dios, no está al margen de sus posibilidades, ya que Dios mismo lo ayuda, si el hombre hace lo que le corresponde.
Dios concede a los vegetales y animales alcanzar el fin para el que los creó y ellos no fallan, puesto que se mueven por medio de fuerzas intrínsecas, fortísimas, a las que no pueden resistir; pero el hombre, si bien comparte con los vegetales y los animales la vida y tiene fuerzas o tendencias intrínsecas fortísimas, sí puede resistir por su libertad. Lo propio de la naturaleza del hombre es justamente su libertad, por la que no puede no obrar al margen de su querer. Se mueve dónde quiere y por eso, si bien la tendencia al fin último es inevitable e irresistible, puede elegir y equivocarse.
En ese proceso de elecciones debe ser ayudado por la educación. El hombre es un ser en proceso y, aun cuando tenga ciertas limitaciones, no pierde la libertad y la necesidad de ser ayudado en el proceso existencial más importante.
Nuestros niños discapacitados están limitados, pero son personas humanas y como tal libres y deben ser ayudados a elegir, a ser cada vez más hombres, más perfectos culturalmente. Esto justifica todo esfuerzo que hagamos para ayudarlos en su dignificación, que consiste en reflejar de un modo más perfecto su protagonismo en la construcción de su propia felicidad. La educación verdadera libera al hombre en cuanto lo ayuda a elegir, a tomar decisiones cruciales en su vida. La educación verdadera es un reflejo del respeto que tenemos por toda persona humana, de allí que brindarles este apoyo a nuestros niños discapacitados, muestra nuestro convencimiento en su dignidad, capacidad y destino eterno que tienen. Te invitamos a ayudarnos con esta campaña. Dios los bendiga.
R.P. RAÚL HARRIAGUE IVE