Para este proyecto tenemos una donación que nos hizo una señora en el mes de mayo de S/ 100,000.00, con lo cual realizaremos el inicio de la construcción.
Estamos con la UCSP realizando los estudios de suelo para que luego puedan hacer el proyecto de ingeniería civil y el presupuesto total.
Inspiración histórica
En 1882, San Aníbal Di Francia dio inicio a sus orfanatos, que fueron llamados antonianos porque fueron puestos bajo la protección de San Antonio de Padua. Su preocupación no sólo fue la de dar pan y trabajo, sino, y sobre todo, la de educar de forma integral a la persona teniendo en cuenta el aspecto moral y religioso, ofreciendo a los asistidos un verdadero clima de familia, que favorece el proceso formativo para hacerles descubrir y seguir el proyecto de Dios.
Hubiera querido abrazar a los huérfanos y a los pobres de todo el mundo con espíritu misionero. Pero, ¿cómo hacerlo? La palabra del Rogate le abría esta posibilidad. Por eso escribió:
“¿Qué son estos pocos huérfanos que se salvan y estos pocos pobres que se evangelizan frente a millones que se pierden y están abandonados como rebaño sin pastor?… Buscaba un camino de salida y lo encontré amplio, inmenso en aquellas adorables palabras de nuestro Señor Jesucristo: Rogate ergo… Entonces me pareció haber hallado el secreto de todas las obras buenas y de la salvación de todas las almas.”
Aníbal había intuido que el Rogate no era una simple recomendación del Señor, sino un mandato explícito y un “remedio inefable”. Motivo por el cual su carisma es de valorar como el principio animador de una fundación providencial en la Iglesia.
Otro aspecto importante para hacer resaltar es que él precede a los tiempos en el considerar vocaciones también aquellas de los laicos comprometidos: padres, maestros y hasta buenos gobernantes.